Trasplante de ishizuke de Buergerianum

Le toca el turno de trasplante a este Acer Buergerianum agarrado a roca. El trabajo no implica mayor dificultad que la derivada del peso y volumen de dicha composición.

 

 

La planificación es esencial para, primero, sacar el árbol y piedra de la maceta con todas las garantías para que no sufra ningún accidente y segundo para poder limpiar el cepellón de raíces, muy abundantes y compactado, propio de la especie y que nos habla de su fuerza y vigor.

 

 

Parece evidente que con estas características el trabajo no lo puede hacer solo una persona, por lo que la organización entre dos será de suma importancia para evitar daños, como la posible rotura de ramas. El peso siempre condiciona la manejabilidad y sujeción del conjunto. Hay que comprobar por dónde se sujeta y que al mismo tiempo se pueda ir girando para que quien suelta el cepellón y su posterior poda, pueda hacerlo de la forma más efectiva.

 

 

El conjunto de raíces estaba muy compacto, por lo que se necesitó de cierta energía para, poco a poco, ir soltándolo y que al peinar las raíces se pudieran ir podando con el mejor criterio posible. En el Acer Buergerianum el recorte de raíz no implica ninguna dificultad y se hará dejando las raíces más bien cortas.

El trasplante se suele hacer cada dos años dada la energía con la que crecen estas raíces, lo que provoca que la maceta se llene con prontitud.

 

 

El momento más delicado es la colocación en la maceta, insisto en el gran peso del conjunto que supone árbol y piedra. Aprovecho para comentar que la altura de la piedra es de 55 cm y la del árbol 68 cm, ancho 44 cm y fondo 42 cm.

 

 

Con estas dimensiones y peso, y dado que la piedra no tiene ninguna sujeción directa a la maceta, el momento del asentamiento con la tierra y alambres de sujeción (ya preparados), necesita de la máxima atención para conseguir una buena estabilidad y equilibrio por sí misma. Los alambres ayudan mucho pero no pueden sujetar ellos solos todo el peso de la composición, por lo que la preparación del cepellón mediante la poda de raíces y la correcta ubicación del sustrato, condicionan de la mejor manera la posición y equilibrio de tan pesado conjunto.

 

 

El último paso será la sujeción con alambres, en este caso puestos en forma de triángulo, y la correcta colocación del sustrato entre las raíces.

 

 

Terminamos el trabajo con un abundante riego y la colocación del bonsai en un lugar adecuado que facilite la recuperación y futura brotación de este magnífico Acer Buergerianum.

 

 

Este trasplante se hizo a principios de Marzo, como se puede observar, antes de la brotación del árbol.

 

Carlos Lázaro
“A dónde el bonsái me lleve”

Categorías: Arboles Singulares, Trabajos

1 Comentario

  1. Customwrittenessays

    22/03/2018 — 04:24

    Carlos Lazaro, thanks so much for the post.Really thank you! Keep writing.

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