Durante la primavera las estanterías de Bonsai Colmenar son un maravilloso espectáculo de color, destacando las zonas donde están ubicados los arces palmatum donde únicamente se perciben manchas rojas, verdes, naranjas, rosas…
Es tan bello e impactante el pasear por los pasillos descubriendo esas bonitas hojas de cinco puntas que no solo es aconsejable, sino que también es terapéutico.
Que esta primavera la floración del manzano está siendo todo un espectáculo es una frase que venimos diciendo y oyendo año tras año y que a pesar de la reincidencia no dejamos de esperar y continúa apasionándonos.
El año 2024 comienza rompiendo todas las normas en cuanto a climatología, lluvias y nevadas, seguidas de temperaturas veraniegas, toda una locura que nos ha traído como consecuencia el adelanto de brotaciones en la naturaleza.
Finalizamos un duro verano en cuanto a las situaciones atmosféricas, las altas temperaturas no han dado tregua y en general hemos estado tan pendientes de los termómetros y de la incidencia de los rayos solares, que no hemos podido bajar la guardia ni un momento.
El verano del 2022 también fue duro, por lo que parece va a ser la tónica a seguir. Aquí, en el jardín de Bonsai Colmenar, hemos ido adecuando el cultivo de nuestros bonsáis a estas circunstancias.
Comentamos en su día en este mismo blog la importancia de las macetas en cuanto a su tamaño y la conveniencia de elegirlas un poco más grandes y altas para que el árbol cultive de una manera más cómoda y soporte mejor los largos periodos de altas temperaturas.
Otro de los temas importantes al cultivar bonsáis es su situación. Poco a poco hemos ido modificando la forma de exponer los árboles, en general deberían protegerse del sol directo la mayoría de los árboles caducos y con relativa prudencia las coníferas. Teniendo en cuenta que no influyen las mismas circunstancias en un árbol joven que en un árbol viejo y bien cuidado en el que el cepellón de raíces hace una función excelente.
Durante todo el año acogemos árboles en situación de guardería, nuestros clientes nos dejan durante sus ausencias los árboles para que los cuidemos. Este verano ha sido notable la cantidad de arbolitos en los que podíamos constatar la influencia que el clima estaba provocando.
Hemos comprobado como los insectos y en particular la cochinilla, anida con facilidad sin ánimo de irse en bastantes de los árboles que nos llegaban en guardería. Hay que ser estrictos y constantes siguiendo las indicaciones de un profesional para librarnos de las diferentes plagas.
Todas estas circunstancias si no se tienen en cuenta debilitan los bonsáis.
Es fundamental observar los árboles, una tarea que podemos hacer fácilmente mientras regamos. Al mismo tiempo que humedecemos poco a poco y reiteradamente el sustrato hasta ver salir el agua por los agujeros de drenaje de la maceta, tendremos tiempo para observar el estado general de los bonsáis, descubriendo, si lo hubiera, cualquier problema que atajaremos a tiempo. Sin olvidar que el riego debemos adecuarlo a la época del año, y estar vigilantes para regar cuando la capa superficial de la tierra comience a secarse.
El interminable verano que venimos padeciendo está provocando en la naturaleza un sobreesfuerzo impredecible. En el jardín de bonsáis, donde es más fácil manejar la situación, intentaremos solventar las consecuencias en la medida que nos sea posible.
Además de colocar cada árbol en el lugar más apropiado atendiendo a su especie y estado, el abonado y productos a base de minerales y aminoácidos, contrastados para su uso en bonsáis, nos ayudarán a mantener la salud y el vigor de nuestros bonsáis.