Durante los últimos años en nuestras visitas a Japón hemos comprobado como el bonsai va poco a poco ocupando un sitio en los lugares más sorprendentes. Los primeros años nos era difícil encontrar un bonsai fuera de los centros profesionales o museos específicos, aunque en ocasiones nos sorprendía alguna pequeña colección particular, normalmente de dudosa calidad y situada en lugares inverosímiles.
Japón ha cambiado mucho en los últimos años amoldándose a nuevas necesidades, el turismo interesado o aficionado al bonsai ha ido llegando con más asiduidad y los intereses comerciales hacen que afloren bonsáis en los lugares más insospechados. Por ello algunas tiendas, cafeterías, hoteles y restaurantes están decorados con bonitos ejemplares.