Las piedras forman parte de la cultura japonesa en muchas de sus facetas. No entenderíamos un templo, un castillo o un jardín sin varios de sus elementos realizados en este material.
En cualquiera de estos lugares, se aprecian situadas de forma totalmente calculada como ingrediente principal, o bien formando parte del entorno sin quitar el protagonismo a otros sujetos esenciales, pero siempre favoreciendo el embellecimiento del conjunto.