Son ya muchos los años que compartimos con este viejo acer; con él aprendimos, practicamos y disfrutamos en el día a día de la existencia del jardín de Bonsái Colmenar.
Durante todo este tiempo se ha mantenido con su formación de multitronco lo que le daba un fuerte carácter.
Poco a poco las circunstancias fueron modificando su estructura inicial, el tronco principal fue tomando mucha importancia y también una de las ramas laterales trasera.
Por ello he pasado horas dando vueltas a este ejemplar, dudando si deberíamos modificar su diseño y cuál sería el trabajo a realizar para conseguir una nueva silueta más acorde con su situación.
Tomada la decisión, esta primavera decidí realizar una completa remodelación y comenzamos efectuando un acodo en una de las ramas del multitronco.
Después de un verano y otoño en el que ha presentado un buen crecimiento, se ha pinzado con regularidad y los colores de las hojas han sido fuertes y bonitos; a finales de noviembre procedimos con la separación.
El trabajo ha sido todo un éxito, se adivinaba un desarrollo de raíces muy importante y lo pudimos comprobar en la separación.
Aprovechamos para eliminar una de las ramas que salía en el primer tercio del tronco principal y que impedía realizar el nuevo diseño.
Ayudados por el cincel, martillo y gubias hemos conseguido igualar el corte dejando un rastro insignificante, pero en previsión de problemas posteriores, las lesiones se cubrieron con pasta de heridas con el fin de conseguir una herida limpia y de rápida cicatrización.
Atendiendo al nuevo diseño y aprovechando el momento, realizamos una poda general.
Con el fin de ajustar el plantado en la maceta, en primavera pasará de nuevo al taller para su trasplante atendiendo al nuevo diseño.
A continuación, vuelve al jardín donde presume de su nueva silueta.
“A dónde el bonsai me lleve”
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