Visitar los parques y jardines es una actividad que recomiendo y naturalmente practico, su simple observación es una fuente inagotable de conocimiento.
En una de nuestras estancias en Sapporo (Japón), visitamos su Jardín Botánico. Fue inaugurado en 1886 y se le considera el segundo más antiguo de Japón.
Se encuentra ubicado en el centro ocupando una extensión de 133.000 m2, una parte de los mismos es dedicada a la investigación y educación botánica ya que pertenece a la Universidad de Hokkaido.
En un principio se plantaron unos 4.000 tipos de plantas, intentando recrear el paisaje histórico de Hokkaido.
Es un auténtico oasis en la ciudad, un lugar habitual de paseo y entretenimiento en cualquier época del año, aunque durante los meses de invierno son varias las zonas que permanecen cerradas por seguridad, no olvidemos que el invierno es especialmente rudo en Hokkaido.
El recorrido por sus senderos y verdes praderas nos fue cómodo, dejándonos guiar por las rutas marcadas, empleamos unas dos horas, aunque podrían haber sido algunas más si no llega a ser por la lluvia que en algunos momentos nos obligó a cobijarnos impidiendo recrearnos en profundidad.
Para un aficionado a bonsai, recorrer un jardín botánico en Japón es apasionante, descubrir y reconocer especies que únicamente conocemos en pequeños tamaños, es siempre un ejercicio de conocimiento que nos ayudará a cultivar mejor siguiendo las normas de la naturaleza.
En el recorrido encontramos los restos de los bosques naturales de la zona con viejos olmos japoneses con impresionantes troncos, algunos increíblemente horadados.
Junto a uno de los estanques encontramos el viejo invernadero, donde en una recreación de ambientes tropicales y subtropicales conviven orquídeas, begonias, plantas carnívoras, helechos,..
Atravesando un viejo puente de madera llegamos a un jardín alpino, donde pequeñas coníferas, helechos y plantas de rocalla nos trasladan a la alta montaña, a continuación el jardín canadiense, el estanque de nenúfares y la avenida de lilas.
Una de las praderas está ocupada por magníficos ejemplares de Fagus Crenata, y entre ellos un enorme ejemplar de Fagus crenata purpurea, del que nos enamoró el color de su corteza y la elegante silueta.
Finalizamos la visita en el pequeño museo de los antiguos pobladores de la isla, los ainus. Una cultura muy diferente a lo que esperas encontrar en Japón (Recordamos nuestro artículo sobre esta tribu https://bonsaicolmenar.com/blog/ainu-kotan/)
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