De nuevo en Japón y más concretamente en Hokkaido, la despoblación que sufre la isla es un condicionante importante en la vida de sus habitantes y un enorme atractivo para los que la visitamos con el ánimo de disfrutar de su intacta naturaleza. Parques naturales, montes, bosques de pinos negros llegando hasta la misma costa,… la hacen tan atractiva que siempre encontraremos una disculpa para volver.
En esta ocasión viajamos por la espectacular carretera que recorre la costa del Océano Pacífico hasta llegar a Erimo su famoso extremo, donde los fuertes vientos protagonizan el día a día aportando un maravilloso dramatismo al terreno y a su costa.
Aunque la industria principal de la isla es la pesquera, el más famoso y popular es el cultivo del alga marina Kelp (Konbu) perteneciente a un orden de algas pardas llamadas Laminariales.
El kombu, konbu o haidai (Kelp) es una especie comestible de alga, cultivada y cosechada principalmente en Hokkaidō. Gran parte de los nativos residentes cultivan estas algas durante los meses de verano.
Las temperaturas de las aguas del océano, inferiores a 20ºC, son idóneas para el desarrollo de los grandes bosques de Kelp, en sus aguas claras conviven sirviendo de protección y alimento para otros seres marinos.
En cuanto te acercas a las orillas puedes distinguir con facilidad los grandes bosques de estas algas gigantes, su tamaño es lo primero que nos llamó la atención al conocerlas, son de rápido crecimiento y en las condiciones apropiadas pueden llegar a crecer 30 cm por día.
Durante el recorrido costero nos cruzamos con personas efectuando los diferentes trabajos para su cultivo y comercialización.
La extracción de las aguas es una tarea complicada dado lo abrupto del terreno y la bravura del océano, requiriéndose de una gran fuerza y experiencia.
Una vez en tierra se extienden al aire libre en grandes zonas acondicionadas con este fin, para posteriormente atarse en grandes fardos donde se trasladan a pequeños negocios para su empaquetado y distribución.
Son un elemento tradicional en la cocina japonesa, pero los usos comerciales de estas algas son muy variados, las encontramos en la industria del jabón y el vidrio, como fertilizante, o espesante en la producción de alimentos, pasta de dientes y alimentos para perros.
Se le reconoce un importante aporte proteico vegetal, rico en vitaminas, además de una fuente natural de minerales como el yodo, potasio, magnesio, calcio y hierro.
Dado su rápido crecimiento y que su descomposición es bastante eficiente se ha propuesto que grandes granjas marinas de kelp sirvan como fuente de energía renovable.
Nos despedimos de Erimo en el cabo que da nombre a la población, donde en el único y pequeño establecimiento que encontramos degustamos la comida popular en la que naturalmente no faltan los pescados y sus apreciadas algas.
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