Después de una leve poda de ajuste me dispuse a trasplantar este bonsai de Acer Palmatum “Beni Chidori” en estilo cascada.

 

 

La posición de plantado y por tanto la inclinación y dirección del tronco son fundamentales en este estilo, por ello hay que fijarse en todos los detalles para tomar las mejores decisiones posibles.

 

 

Opté por levantar un poco el árbol con el fin de que tanto el nebari, como el arranque del tronco tuvieran una posición muy natural y que propiciara una dirección y caída, en este caso hacia la derecha, más elegante y menos forzada, lo que no resta dinamismo y belleza a este bonsai en cascada.

 

 

La extracción del árbol de la maceta no causó ningún problema, por lo que en primer lugar procedí a limpiar y seleccionar las raíces que configuraban el nebari. A continuación terminé la limpieza de la tierra del resto del cepellón hasta quitar dos tercios de la misma, pudiendo realizar la poda con toda seguridad y criterio.

 

 

Comprobamos que las raíces están en perfecto estado lo que garantiza la salud y evolución futura de este bonsái.

 

Destaco en este árbol, además de su movimiento, el arranque del tronco con una anchura de 20 centímetros, lo que le proporciona una muy bonita conicidad.

 

 

Decidí mantener la misma maceta que traía de Japón, aunque me gustaba más la opción que daba de colocación en la posición de plantado si le cambiábamos el frente, además la decoración de la maceta combinaba mejor con el árbol. Finalmente utilicé uno de los vértices para buscar la salida y caída del bonsái a la derecha, pero con una línea diagonal que evita simetrías provocando una caída suave y elegante que potencia el movimiento del árbol.

 

 

En el nivel de plantado tuve cuidado de potenciar estas características ya citadas, como que el árbol no tocara el borde de la maceta.

 

Las medidas de este Arce Palmatum Beni Chidori son de 60 cm de largo total y de 40 cm desde el nebari al ápice.

 

 

La planificación de trabajos para este bonsai en los próximos años será de seguir trabajando la ramificación fina mediante podas y pinzados, hasta conseguir las longitudes y formas deseadas en sus distintas partes. Sin ninguna duda será todo un placer.  

 

 

Carlos Lázaro
“A dónde el bonsái me lleve”