De los bonsáis que llegan de Japón, si nos referimos a especies que destacan por su floración, habría que citar los Prunus y más concretamente los Prunus Mume.
Con distintos colores de flor, blanco, rojo, rosa y con un aroma muy especial, hacen las delicias de los aficionados al bonsái.
Sin duda el momento de la floración que sucede durante el invierno es el más esperado y siempre nos parece demasiado corto.
¿Qué sucede con esta especie el resto del año?. Difícil pregunta en un árbol con una floración tan espectacular y que una vez que acaba podría parecer un poco “soso”. A su favor hay que decir que forma troncos y cortezas maduras muy interesantes, además la posibilidad del trabajo de madera seca, poco habitual en árboles caducifolios. Troncos o ramas ahuecados y trabajados dentro de estas técnicas hacen disfrutar a los aficionados al bonsái.
Lo cierto es que los trabajos de cultivo a lo largo del año se centran en conseguir la mejor floración posible cuando llegue el momento.
El verano es un momento de cultivo complejo. En zonas calurosas y secas tendríamos que extremar el cuidado con el riego. A veces esto no es suficiente y tenemos que acudir a sombrear parcialmente nuestros bonsáis con algún tipo de malla de sombreo o método alternativo.
A esto tendríamos que añadir la conveniencia de que el árbol reciba un mínimo de sol directo, sobre todo según se acerque el momento de la formación de las anheladas yemas de flor. Una exposición más prolongada en un sol directo puede ocasionar y siempre relacionados con nuestro sistema de riego, ciertos resecones o quemaduras parciales en hoja y sobre todo podemos comprobar a partir de mediados de verano que las hojas comienzan a curvarse. Esto no supone ningún problema para los árboles, más bien al contrario, puede implicar un mejor funcionamiento del mismo, sobre todo a nivel radicular. Al final de verano deberíamos centrarnos más en que el bonsái continúe con el vigor necesario para formar las yemas de flor, que en si las hojas están más bonitas o más feas.
Como en cualquier caso su cultivo dependerá en gran medida de nuestra zona climática será la observación y el conocimiento de nuestro árbol el que mejor nos guie para conseguir los mejores resultados.
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