El verano de 2022 ha sido muy duro para todos, aunque en este caso me refiero a nuestros bonsáis, lo podríamos adaptar a todos los seres vivos.

En la zona donde estamos ubicados, (Norte de la Comunidad de Madrid) han sido 47 días de ola de calor con altísimas temperaturas, muchas horas de sol intenso y noches tórridas.

Los arboles comenzaron a brotar en febrero y ya va siendo hora que comiencen los cambios. Pero estamos terminando septiembre y parece que se alarga el tiempo cálido, de momento muy pocas especies comienzan a tornar colores diferentes, aquí, en Bonsai Colmenar únicamente las parras presentan las hojas rojas típicas otoñales.

En cuanto a las tareas en nuestros bonsáis, apliquemos los últimos abonados del año, importantísimos para que los árboles estén fuertes en la brotación de la próxima primavera.

Estamos a tiempo de incorporar a nuestros tratamientos los aminoácidos y los diferentes minerales dependiendo de la especie y del estado de nuestros bonsáis.

El riego, aunque podemos empezar a disminuirlo, debe continuar siendo tarea fundamental, comprobar el estado de humedad que presenta el sustrato, y como siempre decimos “regar cuando la capa superficial de la tierra comience a secarse”.

Indudablemente mantener la limpieza en y alrededor de nuestros bonsáis resalta su belleza, debemos tener en cuenta la importancia que tiene la maceta en su conjunto con el árbol y dediquemos un tiempo a su mantenimiento y limpieza.

Igualmente, hay que mantener limpia la superficie de la tierra eliminando las hierbas y los restos de cualquier sustancia que interceda en la salud.

Dediquemos el tiempo necesario en analizar el estado de nuestros bonsáis y planifiquemos las futuras tareas, trasplantes, podas, alambrados, etc.

Todo nos ayudará a mantener bonsáis sanos y vigorosos que nos permitan disfrutar de su belleza.

 

A dónde el bonsai me lleve”