Trabajar un bonsai de pequeño tamaño siempre es un reto y una tarea apasionante. El que el árbol no sea de grandes dimensiones, no implica que no se pueda trabajar en los distintos estilos de bonsai.
En este artículo explico cómo trabajar el estilo Ishizuke, sin duda la unión de piedra y árbol es una mezcla interesante que no deja indiferente a quien lo contempla.
Para este trabajo elegí una piedra artificial del artista Carles Vives y como árbol un junípero chinensis. Esta especie es sumamente versátil y se adapta perfectamente a las distintas técnicas de bonsai; en el estilo ishizuke la dificultad estriba en conseguir que las raíces se adapten al poco espacio que van a disponer.
El primer paso fue la selección y posterior trabajo del junípero con la elección del frente y las ramas que integrarían el diseño, así como su poda y alambrado.
Para que el trabajo llegue a buen fin es imprescindible entender la unión de árbol y piedra de manera que los dos se contemplen como una sola unidad visual. Por ello el diseño del árbol dependerá en gran medida del lugar y posición que ocupe en la piedra.
En cuanto a la piedra artificial es una pieza de calidad, cocida a alta temperatura que recuerda las famosas kuramas que imitan las formas orgánicas de la naturaleza de manera que a primer golpe de vista es difícil distinguir si es natural o artificial. Con el paso del tiempo y el cultivo necesario, la pieza acabará tomando una bonita y apreciada pátina.
Para completar la composición y hacer resaltar el ishizuke elegí como presentación una maceta japonesa, oval, plana y sin esmaltar.
Procedí a sujetar firmemente la piedra a la maceta, esto lo hice atravesando con alambres los agujeros que tiene la piedra y los de drenaje de la maceta. De manera independiente coloqué otros alambres para la sujeción del árbol, así se puede dividir si fuera necesario.
La tarea de asir la piedra a la maceta implica necesariamente buscar la altura y la posición del conjunto al finalizar el trabajo. Tanto si la piedra es artificial como natural es imprescindible que tenga la mejor estabilidad, lo que a veces se hace complicado por no tener una base lisa.
Una vez trabajado el árbol limpié y podé parcialmente el cepellón de raíces, comprobando que estaban en perfecto estado de salud y crecimiento. Ajusté su tamaño para que encajara en el espacio dispuesto en la piedra. El plantado lo realicé con keto, los juníperos lo aceptan sin problemas para su cultivo.
El siguiente paso fue sujetar el árbol a la piedra con los alambres dispuestos anteriormente y completar con más keto hasta cubrir totalmente las raíces. En todo momento vigilé que el junípero quedara en la posición prevista en el diseño inicial.
Después de los últimos y pequeños ajustes de las ramas, procedí a cubrir el keto con musgo lo que le dió un toque natural y de color al conjunto, además de un detalle imprescindible para que al regar no se arrastre.
Terminé colocando también musgo en la maceta con el fin de conseguir un resalte mutuo entre el color de la piedra y el verde del musgo.
Finalizado el trabajo la altura total del conjunto maceta incluida quedó en 27 cm.
Comentarios
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septiembre 24, 2020 2:09 pm
Bonito trabajo.
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