Sin duda las coníferas y particularmente los pinos son la especie a la que se presta una especial atención reservándose un lugar preferente en todo jardín de bonsai en Japón.
Todo lo que trasmiten, su simbología, y la multitud de estilos y tamaños que pueden adoptar los hacen un material imprescindible con los que desarrollar las técnicas de bonsai.
Si bien el cuidado no es delicado, sí son árboles a los que hay que prestar especial atención, tanto en la ubicación (contra más sol mejor), como en técnicas que en según que momentos requieren de revisión diaria, por ejemplo, pinzados y alambrados.
El aprovechamiento del espacio, siempre preciado en los jardines de bonsai, lleva a colocar en áreas diferentes las piezas grandes de los árboles medianos y en sitios más controlados los tamaños mames y shohin.
No es de extrañar que los profesionales japoneses pugnen por tener sus jardines, a la hora de ofrecer a sus clientes, tanto profesionales como aficionados, las piezas más exclusivas y originales. Bonsais que ocupan sitios preferentes e incluso puedan ser presentadas a exposiciones o concursos.
Por todo ello estas coníferas suelen estar siempre en un estado de presentación casi impecable con lo que la impresión que recibe el visitante es impactante, consiguiendo que los árboles te lleguen directamente al corazón.
No se trata de tener coníferas de gran tamaño, que las hay, sino mas bien presentar árboles de gran calidad tanto en el presente como en su evolución a largo plazo.
Es imposible que un bonsai bonito no esté sano, siendo este aspecto prioritario para los japoneses. La observación y el tiempo que dedican al cultivo es donde comienza todo, aplican sus conocimientos para sacar el mejor partido posible, comenzando por el lugar del jardín donde se sitúan las coníferas. Asuntos que ya conocemos se respetan a rajatabla, sol, riego, buena separación entre los árboles, si son pequeños o presentan características especiales (ejemplo cascada), se busca una colocación en alto con algún tipo de suplemento, desde una maceta boca abajo hasta una mesa supletoria de madera o cualquier otro invento. Siempre buscando el bienestar del árbol y el mejor cultivo posible.
El paseo entre las mesas y la observación de estos árboles quieres que no acabe nunca, su personalidad y belleza te atrapa, primero en su aspecto general y después cuando te detienes a observar cada detalle e intentas comprender todas las técnicas y horas de minucioso trabajo dedicados en la formación de tan magníficos árboles, a veces te sientes muy pequeño.
Por supuesto que todo pasa por entender en que momento de formación se encuentra cada árbol, unos con pocos años de formación, otros con muchos años de trabajo a sus espaldas, pueden haber pasado por las manos de dos o tres generaciones de jardineros que les han proporcionado todo el cuidado y atenciones necesarias.
Por supuesto que todos los gustos son respetables, son considerados por una mayoría de profesionales, tanto pinos como juníperos, como especies imprescindibles en cualquier colección de bonsai aportando sensaciones muy diferentes a los bellos caducifolios.
Ocurre igual que cuando visitamos vuestro jardín de bonsáis que “el paseo entre las mesas y la observación de tus árboles quieres que no acabe nunca”.
Un abrazo.
Comentarios
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diciembre 22, 2019 5:56 pm
Ocurre igual que cuando visitamos vuestro jardín de bonsáis que “el paseo entre las mesas y la observación de tus árboles quieres que no acabe nunca”.
Un abrazo.
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