En el mundo del Bonsai hay épocas de grandes cambios que condicionan el crecimiento y desarrollo de nuestros árboles; el Otoño es uno de estos momentos, tiempo de cambios, debemos prepararnos primero para la llegada del Invierno y de la Primavera después.

 

 

Desde el punto de vista estético todos esperamos los inigualables colores otoñales, maravillosos en especies como acer, carpinus, euónimus, lagestroemias y un largo etc., y por si esto no fuera poco algunas camelias nos premian con su bella floración.

 

 

Pero debemos de ser conscientes que para que todo esto se produzca necesitamos que la climatología siga su curso natural, si no fuera así el árbol puede llegar a alterar su normal funcionamiento. De la misma manera que tiene que notar el cambio estacional, si el frio y las lluvias no llegan o lo hacen tarde, los bonitos colores no aparecerán o no tendrán la fuerza e intensidad que nos gustaría.

 

 

Esto quiere decir que estamos en manos de la naturaleza, y por mucho que nos esmeremos en nuestro cultivo y atenciones a nuestros bonsáis (y esto tiene que ser así), si no se producen los cambios estacionales no llegarán los colores otoñales.

 

Las variaciones vendrán dadas también por las temperaturas en nuestra zona de cultivo, si vivimos en una zona cálida en la que el Otoño no supone una bajada notable de temperaturas a los árboles les costará más cambiar el color de sus hojas.

 

 

Los problemas no terminan aquí, tenemos un cambio climático que estamos comprobando produce una clara alteración en el normal desarrollo estacional en nuestros bonsáis. Esto, seguro, los aficionados más veteranos lo habrán podido comprobar, debiendo ajustar y acomodarse a las nuevas situaciones climatológicas, según las zonas no fácil de conseguir.

 

 

Este Otoño no solo no está llegando ni el frio, ni las lluvias, como es lo habitual, sino que además la subida de temperaturas está obligando a los aficionados al bonsái a extremar el cuidado en temas tan importantes como el riego. Cuando estás esperando que la llegada del Otoño te permita ir regando cada vez un poco menos, este año ha sido todo lo contrario.

 

Siempre hay que aprender de todas las situaciones y está claro que el riego es lo suficientemente importante para que no dejemos de vigilar nuestros bonsáis y ajustemos los riegos de la mejor manera.

 

 

Espero que vuestros bonsáis, pese a los cambios y retrasos climatológicos, os premien un año más con los espectaculares colores otoñales, para mí de los más bonitos en el año.

 

Carlos Lázaro

 

“A dónde el bonsái me lleve”