Hace años que adoptamos la costumbre de recorrer los jardines de las ciudades que visitamos, considero que es un ejercicio didáctico y lo recomiendo tanto a los aficionados al bonsai, como a cualquier amante de la naturaleza.
En general los jardines son libros abiertos en los que aprender, profundizar y disfrutar, lugares relajantes, donde fluye la maravillosa energía que emana de la conjunción de plantas, piedras y agua.