Aunque en bonsai siempre decimos que la maceta es la que se tiene que adaptar al árbol, en este proyecto fue la maceta la que me inspiró la posibilidad de formar un bosque.
Es una maceta ovalada de 50 cm de largo por 36 cm de ancho, con un esmalte en tonos blancos con reflejos azulados y con patas relativamente altas. Quería resaltar los árboles al buscar un marco con tonos tan claros y aunque pesado visualmente, la resolución me parece interesante.
Para llegar al resultado apetecido elegí como especie el Ulmus Parvifolia por su dureza y adaptabilidad, pretendía un bosque no muy alto y más ancho, con copas frondosas que me dieran un buen óvalo en su silueta total.
El conjunto está formado por nueve árboles siguiendo normas asimétricas, intentando crear efectos de un mayor número de troncos, profundidad y tridimensionalidad, por lo que me decanté por árboles de distintos tamaños, alturas y grosores de troncos, dentro de un concepto de unidad de criterios.
Como siempre, en todo conjunto de árboles en bonsai, elegí uno como principal y lo coloqué descentrado a la derecha de la composición, por lo que la dirección del bosque quedaría hacia la izquierda del espectador. Como característica particular decidí dejar una rama baja, un tanto larga, que me parecía aportaba una mayor personalidad al conjunto y remarcaba al árbol principal.
El resto de árboles los fui colocando dejando un buen espacio libre en la parte delantera, así como separé cuatro árboles a la izquierda para crear un punto de fuga que intenta aportar un mayor dinamismo al conjunto, terminando con unas medidas de 31 cm de alto y 55 cm de ancho.
Los árboles no pueden taparse unos a otros de manera que desde el frente se puedan contemplar todos los troncos (esta característica puede variar dependiendo del número de árboles), ni tampoco quedar en línea o hileras que pueden dar una imagen artificial y monótona.
Como sucede con todos los bonsáis recién realizados, este bosque o Yose-uye no alcanzará su máxima expresividad hasta pasados unos cuantos pinzados y podas, pero el resultado a día de hoy me parece cuando menos interesante, teniendo en cuenta el planteamiento inicial y la propuesta estética con la que arrancó el proyecto.
El estilo bosque es de los que más llama la atención de los visitantes de Bonsai Colmenar, es como ver un trocito de campo.
Tanto en la concepción inicial como en la estética la posibilidad de diseño en este estilo de bonsai es casi infinita, dependiendo en gran medida de la especie de árbol elegida, hay una gran diferencia entre los bosques de coníferas y los caducifolios, por poner un ejemplo.
Un bonsai divertido y apasionante de hacer, muy recomendable, aunque no exento de ciertas dificultades técnicas.
Sin comentarios
Dejar un comentario