Esta azalea satsuki, procedente de Japón, llegó en maceta de cultivo de plástico, con buen aspecto y salud, tenía algunas ramas gruesas y muy rectas, aunque con material suficiente como para enfocar el diseño del árbol.
En la actualidad tiene unas medidas, sin contar con la maceta, de 27 cm de alto, 31 cm de ancho y 28 cm de fondo. La base del árbol es de 7 cm, sin duda a día de hoy la parte más atractiva del futuro bonsai.
Estuvo en el jardín todo el invierno y parte de la primavera, pude comprobar que la aclimatación y el crecimiento, así como el aspecto general del árbol, eran satisfactorios, por lo que decidí hacer un trabajo completo de poda y trasplante.
Previo el estudio de los distintos aspectos y características del bonsai, inicié la poda, comenzando por la elección del frente, y descubriendo el nebari, así como las opciones de las primeras ramas.
Eliminé las ramas largas y gruesas que no tenían ramificación y solo tenías hojas en los ápices de las mismas. Aunque no supuso una poda drástica, si fue importante, intentando remarcar la función de cada rama que dejé.
En algunas ramas conté con la inestimable ayuda del alambre. Alambrar una azalea siempre se ha de hacer con gran cuidado dependiendo de la dureza de las ramas; en esta ocasión no hicieron falta calibres muy gruesos de alambre de aluminio.
Ni que decir tiene que el ápice es absolutamente provisional. El tronco en su parte final es muy delgado por lo que pensé en ir formándolo poco a poco para que engordara y tuviera un recorrido más armonioso. Creo que la altura final podrá quedar en torno a 20 cm.
Una vez podado y alambrado pasé al trasplante. El árbol estaba plantado en kanuma pura con una capa de drenaje. Las raíces estaban en muy buen estado, se apreciaban fuertes y saludables. La poda de raíces en las azaleas siempre se ha de efectuar con cierta cautela, son muy especiales.
Elegí la maceta que tuviera una cierta profundidad pensando sobre todo en el cultivo, sin llegar a sobredimensionarla. Hay que tener en cuenta el momento de formación del árbol, si queremos que engorde y ramifique no queda más remedio que dar sitio a las raíces y centrarnos en el cultivo, con el fin de conseguir nuestras metas lo antes posible.
Termino el trabajo colocando una fina capa de musgo sfagnum, lo que espero que ayude a la pronta recuperación de las técnicas aplicadas.
Después de un abundante riego la he colocado en un lugar fresco en semisombra a la espera de las próximas brotaciones.
Carlos, siempre es un placer verte trabajar los árboles. Parece que que todas las acciones que ejecutas son sencillas y lo son hasta que decides hacerlas tú mismo, entonces ……… las cosas no son lo que parece.
Comentarios
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junio 19, 2020 7:12 am
Carlos, siempre es un placer verte trabajar los árboles. Parece que que todas las acciones que ejecutas son sencillas y lo son hasta que decides hacerlas tú mismo, entonces ……… las cosas no son lo que parece.
Gracias
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