Naturaleza, tradición, expresión artística, … y naturalmente el bonsai, son los principales motivos que nos mueven a viajar habitualmente a Japón y que nunca dejan de sorprendernos.
De nuevo en Hokkaido, tan diferente, que nos hace dudar del país en el que nos encontramos.
En uno de nuestros últimos viajes visitamos el Parque Nacional de Akan, una maravillosa extensión de 905 kms densamente boscosa, en la que conviven dos cimas volcánicas Me-Akan y O-Akan; y los lagos de origen volcánico Mashu-ko, Kussharo-Ko y Akan-ko,
Es una zona de difícil acceso, por lo que hace que sea todavía más atractiva para senderistas y observadores de aves.
Junto al lago Akan-ko, se encuentra un bello pueblo llamado Ainu Kotan, Sus pobladores, la tribu Ainu, son de origen asiático, y representan la minoría más diferenciada de Japón.
El Ainu es un pueblo profundamente religioso. Rezan en primer lugar al Dios del Fuego, que reside en el hogar de cada casa cuidando de la familia.
Es en Ainu Kotan donde habita la mayor comunidad ainu que queda en la isla. Las muchas generaciones de matrimonios mixtos han hecho que los rasgos diferenciadores hayan ido diluyéndose, aunque persisten muchos signos materiales de su rica cultura.
Ainu Kotan fue parcialmente reconstruido para recrear la vida de los ainus, pasear por sus calles nos traslada a un pasado muy diferente. En uno de sus extremos, en realidad son 4 calles, encontramos una reproducción de las antiguas chozas, fabricadas con cañas en la que se organizan espectáculos de danza y música tradicionales, junto a ella un pequeño Museo de la Cultura.
Nos sorprenden las construcciones en madera pintadas de muchos colores, con figuras de animales y exuberante decoración, y que en la actualidad albergan comercios de artesanía o pequeños restaurantes donde todavía se pueden degustar platos típicos.
La artesanía en madera y piel está presente en cualquier actividad, desde la construcción, utensilios de trabajo, decoración, … siendo una fuente de ingresos importante en la zona.
Otra de las curiosidades de la zona es la existencia de una rara especie de algas “Marino” que forma hermosas bolas verdes. Viven en el lago Akan y tienen un crecimiento lentísimo, nos comentaron que para alcanzar el tamaño de una pelota de béisbol han de pasar sobre 200 años. Han sido reconocidas como Monumento Natural Nacional Especial. Se pueden adquirir brotes embotellados en las tiendas de la zona.
Sin comentarios
Dejar un comentario