Que el riego es una de las técnicas esenciales en bonsái está claro, también en la que concurren más condicionamientos de la más diversa índole.
La observación de nuestros bonsáis y la constancia a la hora de proporcionar el agua que estos necesitan, no solo para seguir viviendo, sino también para lograr la formación y belleza que anhelamos, será algo que tendremos que aprender.
Las distintas zonas climáticas con diferencia de precipitaciones y temperaturas marcarán nuestros ritmos de cultivo, así como el lugar que ocupen nuestros bonsáis. No es lo mismo un árbol que se encuentre en el medio de un jardín, que le llegará toda el agua de lluvia, que otro que está ubicado en una terraza donde apenas le llegará dicha lluvia.
Otros bonsáis a vigilar son aquellos que se encuentren tapados parcialmente, bien por árboles grandes o algún tipo de protección o sombreo.
Es verdad que la lluvia proporciona una humedad ambiente que favorece a nuestros bonsáis pero a la hora de considerar que no necesitarán más agua, tendremos que comprobar que la tierra está perfectamente mojada en toda la maceta por igual, teniendo cuidado con humedades superficiales que nos puedan llegar a confundir. Ante cualquier duda será preferible regar a arriesgarnos a que los árboles pasen sed.
Elementos que pueden proporcionarnos dudas son la existencia de musgos que siempre dan la sensación de humedad, la experiencia del día a día nos ayudará a entender la necesidad o no de regar.
La composición del suelo condiciona el riego, tendremos que buscar un equilibrio entre retención de agua y drenaje para comprobar los efectos de la lluvia y la necesidad o no de regar.
Arboles con grandes copas pueden hacer efectos paraguas e impedir que la lluvia llegue a mojar en la cantidad necesaria el suelo, motivo por el que tendremos que regar
Aunque es difícil que en nuestra latitud tengamos problemas por un exceso de lluvia es conveniente vigilar el exceso de humedad en nuestros bonsáis, y si es así los protegeremos a fin de que no se dañen las raíces.
La estacionalidad condiciona la actividad del árbol y por tanto del consumo de agua por el mismo. No será lo mismo una lluvia de Otoño o Invierno con otra que se produzca en Primavera donde el árbol necesitará más vigilancia con el riego.
La mejor manera de prevenir sustos será con la observación y vigilancia diaria de nuestros árboles y no confiarnos con lluvias superficiales que no cubrirán las necesidades hídricas de nuestros bonsáis.
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