Han pasado 20 años desde que este ejemplar comenzó siendo un pequeño esqueje. Muchas podas, pinzados y trasplantes, un gran trabajo con manos expertas hasta llegar a lo que en este verano ha sido su transformación.

Los últimos años los ha pasado en un contenedor de plástico en el que se ha desarrollado rápido y abundantemente.

Este verano consideramos que podía ser perfecto para su diseño, no definitivo, pero si encaminado a serlo.

Dedicamos bastante tiempo a ver lo que la abundancia de hojas no nos permitía. Elegido nebari y ápice, comenzamos la tarea.

Primero la poda, de abajo arriba, al principio dada la exuberancia que presentaba, ha sido una tarea larga y lenta, siempre teniendo en cuenta la silueta que queremos formar.

Simultaneamos poda y alambrado, al mismo tiempo que podamos vamos colocando las ramas ocupando los espacios que consideramos van a formar la silueta del árbol.

Poco a poco y como decimos de arriba abajo, llegamos al ápice, en este caso tanto nebari como ápice estaban bien definidos.

El trasplante tampoco fue una sorpresa, las raíces eran muy abundantes, algo que se podía percibir fácilmente al ver como sobresalían del cajón de plástico en el que pasó sus últimos años.

Dado el estado del árbol, el diseño perfectamente formado, decidimos colocarlo en una bonita maceta artesanal del artista Carles Vives, el color y la forma nos pareció perfecto.

Este es el resultado de trabajar con material de calidad, con esto os animo a que trabajéis con plantas con buenas cualidades, donde podáis aplicar las técnicas de bonsai con la tranquilidad de que su resultado y futuro es prometedor.

En este verano durante el curso práctico de Diseño de Ficus han sido ejemplares similares a este los que se han trabajado por los alumnos. En Bonsai Colmenar estamos convencidos que para aprender bonsai hay que trabajar con planta de calidad, el resultado es siempre optimista.

 

“A dónde el bonsai me lleve”