En la búsqueda de las tradiciones más antiguas del Japón profundo nos encaminamos a la región de Shirakawago, famosa por la tradicional construcción de sus casas.
Estos valles entre montañas nos cuentan su antigua historia. En el siglo XII se instaló en ellos el Clan Taira y posteriormente en época feudal Shirakawa-go queda bajo el control del Clan Kanomori, emparentando con los Sogunes Tokugawa.
Al Noroeste de Takayama, a unos 30 kms encontramos esta típica manera de construir casas que recibe el nombre de Gasshoo-zukuri, que se podría traducir por “manos que rezan”, declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1995.
Con la construcción de la presa del rio Sho-kawa en 1960 y ante el peligro de destrucción las casas fueron trasladas a fin de protegerlas y conservarlas. Esto dio lugar a un paisaje un tanto artificial pero que nos da idea de la vida de aquella época, edificaciones que a día de hoy se encuentran a pocos metros unas de otras, originalmente podían encontrarse a uno o dos días en trineo.
El movimiento de edificios para su conservación en 1970 tuvo un notable éxito, provocando la afluencia masiva de turistas.
En estas construcciones en torno a 8 metros de largo por 10 de ancho y de cuatro plantas vivían varias generaciones de una misma familia. Las buhardillas eran utilizadas como talleres para fabricar pólvora o dedicadas a la cría de gusanos de seda. Se percibe la dureza de la vida entre sus muros.
Son construcciones recias con pilares de cedro y típicos tejados de paja previstos para aguantar las duras nevadas con una inclinación de 60º a fin de evitar la acumulación de nieve. Cada 30 /40 años un equipo de 200 hombres, denominado “Yui”, se ocupa de la reconstrucción del tejado. Solo la mitad se lleva a cabo en dos días. Son tan altos los costes de estos trabajos que el Gobierno de Japón los subvenciona.
Las rendijas en los tablones del suelo permitían el paso del humo del hogar “Iroki” para la aclimatación del edificio, ayudando a conservar la madera y el tejado de paja.
En el interior se pueden encontrar a modo de Museo distintos utensilios de las distintas épocas.
Entre las casas pequeños campos de arroz, cultivados en la actualidad con los métodos tradicionales, siguen siendo un alimento principal.
Curiosamente el bonsái en Japón no es tan popular como imaginamos, pero siempre encontramos un aficionado que en la puerta de su casa mantiene una pequeña colección, en algunos casos herencias de sus antepasados, y en Shirakawa-go encontramos este ejemplo.
Si os gusta palpar la tradición no dejéis de marcar Shirakawa-go en vuestro itinerario por Japón, os lo recomendamos.
Carlos Lázaro
www.bonsaicolmenar.com
14/07/2016 — 06:28
Fantastico blog que no conocía con artículos de mucho interés y tratados de forma impecable, con unas fotos de gran calidad y un gran detalle en las descripciones.
Muchas gracias por compartir y animo a seguir
Javi
18/07/2016 — 19:12
gracias Javier, saludos http://www.bonsaicolmenar.com