Uno de los Jardines de Bonsái que más me ha impresionado de los visitados en Japón, y ya son muchos, ha sido sin duda Hanyu Honten Uchikutei.
En él se pueden apreciar las que para mí son las características esenciales y completas de lo que sería este micromundo que supone un Jardín de Bonsái y su espíritu japonés.

 

 

Ya desde la entrada impresiona con un ambiente clásico y una decoración abierta en la que además de una colección de elementos clásicos como una bonita puerta, linternas, piedras, etc., se observan las primeras grandes piezas de bonsái.

 

 

A partir de aquí se inicia la visita que supone un placer para los sentidos y que por la cantidad y calidad de lo que vemos necesitaríamos cuatro o cinco mañanas para poder contemplar detenidamente cada una de las piezas que alberga Hanyu.

 

 

Es una de las colecciones más completas de los jardines visitados tanto en tamaño de los bonsáis, ofreciendo toda la escala desde mames a grandes árboles, multitud de estilos gran variedad de especies, con piezas muy importantes en coníferas. Todo el jardín denota un altísimo grado de atención y trabajo sobre los bonsáis.

 

 

El jardín se estructura en distintos espacios atendiendo a las necesidades de cada especie o el momento de formación de cada individuo. La visita se hace cómoda a la hora de moverte entre los bancos pese al infernal calor de esta mañana. Aunque los árboles más formados y las coníferas las encontramos a pleno sol también se puede visitar otras zonas cubiertas con maya de sombreo.

Al final del jardín se encuentra una zona que no se visita destinada a la producción de nuevos ejemplares o en fase de formación.

 

 

En definitiva una auténtica Universidad del Bonsái dónde en cada rincón se puede aprender (o al menos intentarlo) los secretos de tan maravilloso Arte.

 

Carlos Lázaro
“A dónde el Bonsái me lleve”